Wednesday, December 29, 2010

Las bases, las batería: Medusa abre los ojos


Parecía broma; me encontraba sentado detrás de una "perla naranja" escuchando por los audífonos de monitoreo del Estudio 19, las mismas voces que me regañaban detrás de los cristales del estudio al grabar el "demo" de Alimaña-Hueco hace más de 15 años atrás. Por momentos no había pasado el tiempo, pero también por momentos caían de peso todas las tocadas, todos los ensayos, todas las baquetas, cuates, músicos, discos, enfermedades, kilos, libros, películas, drogas y sueños... a pesar de ser el mismo ya no era igual, y a diferencia de aquella primera grabación en "La Cocina" de Tepepan, lugar de ensayo de Consumatum Est y otras bandas de la generación, esta vez en el 19 todo corría con tranquilidad y risas, el disco de Medusa se grabó después de muchos ensayos y todo estaba en orden gracias a Rogelio (productor) y en general a la banda que por meses estuvimos al pendiente uno del otro para que todo saliera como salió... no hubo regaños, puras manchadeces de las sabrosas que hicieron que fluyera todo en un estudio que imponía desde el primer momento de poner un pie dentro del cuarto de grabación.

El proceso, si damos por hecho los ensayos de la banda en solitario, comenzó una semana antes de la sesión de estudio, donde Rogelio me citó en Coyoacán para repasar una a una las rolas junto al metrónomo; las rolas estaban bien, pero no... corrían de inicio a fin pero por momentos se invertía el tiempo... bueno YO lo volteaba, le dimos quizá dos vuelas a todo el set hasta que el mismo Ro dedujo que no era un problema DPB (Del Pinche Baterista) si no que era el mismo monitoreo que utilizaba el que no era muy claro; tomo un ampli de lira que anda por ahí en el cuarto de ensayo, la clica y unos audífonos y !problema resuelto! Rogelio ya se sabía las rolas y fue fácil detectar los lugares donde se podían hacer arreglos, esa semana seguimos ensayando hasta el último día con la cabeza clara para el fin de semana.


Rogelio ya tenía estudiada la onda, pero eso no quitaba atriles de micrófonos, micrófonos, cables, tambores, guitarras y etcéteras que estaban por todo el estudio mismos que fueron tomando forma hasta dejar un espacio limpio... lo último en agregarse fueron tres sillas que rodeaban a un par de micros "one" como los utilizados por los Beatles, y que serían finalmente los lugares del Vaquero, Miguel y Nico (Guitarra, bajo y guitarra), José grabaría afuera junto a Rogelio en las consolas. Todo estaba listo, la puerta se cerró y a partir de ahí comenzamos con la grabación de las bases, de la batería... A pesar de que las liras y el bajo estaban dentro nos escuchábamos por los audífonos, corrimos la primera rola para ajustar el volúmen de cada uno, no más de dos rolas de prueba, a la mitad de la segunda rola el Ro nos indicaba por el monitor... "ya ta weno" denle a la de "Infierno"... comenzamos con "Infierno" como siempre, ya que era la rola que más amarrada teníamos y con la cual nos daríamos seguridad para seguir con las demás.

Comenzamos un domingo por la tarde a grabar las baterías, una sola sesión de casi 9 horas donde más de 6 fue la sonorización de la batería...ahí namás 16 micros pa´empezar : era un maldito monstruo esa cosa!

Llegamos a las 11 de la mañana al Estudio 19, comenzamos a tocar aproximadamente a las 5 de la tarde, la primera rola se habrá grabado en su versión final a las 6 después de dos versiones. A pesar de que nadie decía nada, veíamos que el tiempo era insuficiente para 10 rolas, pasó por la mente hacer una segunda sesión el lunes spor la tarde pero era casi imposible, tenía que ser ese día... la primera rola se repitió unas dos veces, "Medusa" rola que le da nombre al disco igual, "De Noche" lo mismo... de ahí hacia el final de la grabación se pudo hacer una sola versión de cada una de las canciones y fue de corrido. Las primeras se grababan y se escuchaban en el momento, eso hacía que cada canción se tardara al menos unos 40 minutos entre la interpretación, la escucha y las críticas al respecto... Después de la cuarta rola Rogelio fue claro... "ya no pregunten, las escuchamos todas al final".

Para las 10 de la noche aprox, estábamos tirados en el piso del estudio escuchando las versiones de todo el disco... en silencio pero con una risa estúpida en el rostro, está quedando bien nos decíamos entre nosotros... está quedando bien "trailero" decía Rogelio también feliz. Como todo trabajo siempre puede ser perfectible, pero el tiempo estaba sobre nosotros y finalmente el resultado no estaba nada mal...

Los tambores regresaron a sus guardas, las guitarras a sus estuches, la mañana siguiente había que trabajar y no nos quedó más que dormir tranquilos esa noche de septiembre ya que Medusa había abierto los ojos.

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